sábado, 27 de agosto de 2011

Pagar los libros...


Acabo de pagar los libros de mis hijas, y aunque puedo reutilizar algunos gracias a unos amigos, no deja de ser un dineral la inversión en libros, que luego a veces no se usan.
Han surgido iniciativas, o ideas para ver como podríamos reducir el coste para cada familia, como nos podríamos organizar.
Recientemente alguien ha comentado que podríamos hacer una especie de mercadillo de libros, al estilo de uno que hacen en Llanes.
Os pongo este enlace, que me parece interesantísimo, sobre como un ayuntamiento financia la educación de todos los alumnos de su concejo...


Quizás si unimos fuerzas familias, escuela y ayuntamiento, se podría hacer algo así.
Vuelve el cole...y en este año de crisis... estudiar es obligatorio y caro....

Os pongo un fragmento de una carta de una profesora que me llegó al e-mail hace unos días...

...Yo no soy víctima de la LOGSE. Tengo 50 años y he tenido la suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, que primaban el esfuerzo y la formación de los alumnos por encima de las estadísticas de aprobados y de la propaganda política. En párvulos (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba "El Parvulito", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Parvulito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.

En Primaria estudiábamos Lengua Española, Matemáticas (las llamábamos "tracas" o "matracas") Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Religión  y Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, te suspendían.

En Bachiller, estudié Historia de España, Latín, Literatura y Filosofía.
Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda...

Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura. ...

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